El concepto FODMAP

Una dieta FODMAP está destinada a personas con síndrome del intestino irritable diagnosticado médicamente. A menos que un médico haya diagnosticado sus síntomas gastrointestinales, no debe seguir esta dieta. Hay muchas condiciones con síntomas similares al síndrome del intestino irritable, como B. enfermedad celíaca, enfermedad inflamatoria intestinal, endometriosis y cáncer de colon. No debe diagnosticarse a sí mismo con el síndrome del intestino irritable. En su lugar, consulte a un médico que evaluará sus síntomas, realizará las pruebas necesarias para descartar otras afecciones y le brindará un diagnóstico claro del síndrome del intestino irritable antes de comenzar esta dieta.

Beneficios de una dieta baja en FODMAP

Los investigadores de la Universidad de Monash desarrollaron el concepto de FODMAP y demostraron la eficacia de una dieta baja en FODMAP. La investigación de Monash muestra que tres de cada cuatro pacientes experimentan una mejora dramática en los síntomas cuando siguen una dieta baja en FODMAP. Desde entonces, otros grupos de investigación de todo el mundo han mostrado resultados similares. Por esta razón, una dieta baja en FODMAP ahora se considera el tratamiento de elección para las personas diagnosticadas con SII.

Se ha demostrado que una dieta baja en FODMAP:

  • Reduce el dolor, los espasmos y las molestias.
  • Reducir la hinchazón y los gases.
  • mejorar la digestión (menos diarrea o estreñimiento)
  • mejorar la calidad de vida

Estos beneficios generalmente aparecen entre 2 y 6 semanas después de comenzar la dieta baja en FODMAP.

Por supuesto, hacer dieta no cura el síndrome del intestino irritable, solo ayuda a quienes lo padecen a vivir mejor con su condición.

Una dieta baja en FODMAP tampoco mejora los síntomas de TODOS los pacientes. De hecho, una de cada cuatro personas afectadas encuentra que sus síntomas no mejoran con la dieta. En estos individuos, es posible que se requieran otras terapias nutricionales además o como sustituto de una dieta baja en FODMAP. Otras terapias que puede considerar incluyen la reducción del estrés, la hipnoterapia centrada en el intestino, los medicamentos de venta libre o recetados (p. ej., laxantes) o los suplementos de fibra. Hable con su médico acerca de qué otras terapias puede probar.

Fuente:
Contenido procedente de la Universidad de Monash ( https://www.monashfodmap.com/about-fodmap-and-ibs/ )
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